LA REFORMA LABORAL YA ESTÁ ACÁ


En noviembre, los estatales cobramos el “estímulo por la asistencia”, pero no todo fue color de rosa. Por primera vez tomamos conciencia de los alcances de la última paritaria que acordó UPCN y que ATE firmó en disconformidad.  El 20% de aumento, en tres cuotas, no cubrió nuestra pérdida salarial del 35% y muchos tuvieron entonces  la esperanza de que el famoso presentismo los ayudaría a paliar la situación. 
Sin embargo, en la práctica, casi nadie cobró el monto completo; muchos lo vieron reducido a la cuarta parte porque tuvieron que cuidar a su hijo y otros no solo no lo cobraron sino que además les descontaron salario porque se olvidaron de presentar un certificado de examen. En vez de incorporar los $4200 al salario como pedía nuestro sindicato, UPCN arregló la disminución de nuestros derechos bajo el eufemismo de “estímulo a la asistencia y la productividad”. 
En paralelo, recibimos noticias todos los días que desalientan: el control biométrico ya se empezó a aplicar en la Biblioteca Nacional y en el resto del Ministerio de Cultura ya tienen resuelta la licitación para los molinetes con huella digital. Macri, envalentonado por el resultado de las elecciones, habla de “fitness” en el Estado y prepara una reducción del 10% del personal para fin de año, según Infobae, entre otros medios. 
En ese marco, Avelluto se comprometió con ATE Cultura a sacar una circular comunicando la renovación de los contratos, pero hasta la fecha no sólo no lo hizo sino que cada vez más circulan rumores de despidos.
La situación de los estatales se enmarca en una política general del Gobierno hacia los trabajadores. Utilizando el desprestigio de muchos dirigentes sindicales, quiere imponer una reforma laboral que establece que la indemnización la pague el trabajador, incorpora la idea de un “banco de horas” en reemplazo de las horas extras y reintroduce pasantías de 30 o 40 horas semanales, entre otros puntos.
¿Qué podemos hacer?
Organizarnos, es la respuesta.  Por un lado, desde 1999, no se realiza recuento de cantidad de afiliados de cada gremio, lo que le otorga a UPCN la potestad de cerrar acuerdo aún sin la firma de ATE. Afiliarse al sindicato que pelea por nuestros derechos es para los que integramos ATE Cultura una necesidad mayor en el contexto actual.
Por otro lado, dentro de ATE, las conducciones deben abocarse a delinear acciones unificadas. Nuestra propuesta es que en cada oficina y cada edificio tomemos en nuestras manos las acciones a seguir para exigir un plan consecuente contra  el ajuste que nos cae encima. Pero no podemos olvidarnos  que sin la unidad con el resto de los trabajadores será imposible evitarlo. Derrotar el proyecto de reforma laboral nos pondrá en mejores condiciones para parar los despidos de estatales que planean  Macri, Quintana y Avelluto.
Para fines de noviembre y principios de diciembre, distintas corrientes sindicales preparan movilizaciones. Es necesario unirlas en una sola, que la centrales sindicales convoquen a un paro nacional y así preparar una lucha consecuente contra la flexibilización.


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