SOMOS PARTE DE UNA HISTORIA DE LUCHAS

SOMOS PARTE DE UNA HISTORIA DE LUCHAS

Lee el origen que quieren ocultar del #PrimeroDeMayo

En EEUU, en mayo de 1886, el movimiento obrero organizado recurría a la acción directa para reclamar por la jornada de ocho horas. Era la continuación de una lucha que llevaba años. La huelga fue contundente y se hizo sentir en numerosas ciudades. La respuesta patronal no se hizo esperar. En Chicago una feroz represión dejó varios muertos, centenares de heridos y detenidos. A quienes dirigían aquellas acciones, la Justicia, los condenó a la horca. Pero no estaban solos, en 1889 el Congreso Internacional Obrero de París declara el 1ro de mayo como el día internacional de los Trabajadores en conmemoración de los “Mártires de Chicago”. A partir de aquel momento, ese día se transformó en una jornada internacional de los trabajadores, una fecha de dolor, recuerdo y lucha.
En Argentina, en 1890, en la primera conmemoración, los trabajadores se movilizaron en Buenos Aires y otras ciudades. En aquel entonces, el diario La Nación, como cuenta Osvaldo Bayer, se burlaba de que los trabajadores no se entendían porque los discursos se pronunciaron en distintos idiomas. Pero lo que realmente evidenciaba esa manifestación era una ferviente solidaridad de clase y la construcción de una identidad independiente. Algo intolerable para la patronal. Luego los distintos gobiernos intentaron, con mayor o menor éxito, modificar el sentido de la fecha, hasta cambiar el nombre por el del día de la Constitución o día del Trabajo.
Hoy continuamos viendo como desde el poder, la prensa y el Estado burgués, intentan quebrar esa resistencia y solidaridad de clase. Cuando los trabajadores (estatales, privados, tercerizados, desocupados) luchan, se levantan o paran, en los paneles de televisión, en las conferencias de prensa de los distintos gobiernos, siempre se intenta enfrentar a trabajadores contra trabajadores. Que no se trata de “verdaderos” trabajadores, dicen, sino de piqueteros, de militantes, de ñoquis, de extranjeros, de sindicalistas, etc. Que son pocos, que obstruyen otros derechos de los trabajadores, pero ocultan que los que luchan tienen los mismos intereses que el resto de los trabajadores, y si ganan, ponen un freno al avance del ajuste contra la clase obrera en su conjunto. Y si son derrotados, habilitan a quienes buscan destruir las conquistas sociales conseguidas.
En esos discursos vemos, además, como la represión se convierte en desalojo, como el ajuste sobre los trabajadores se transforma en el gran esfuerzo de los empresarios y de los gobiernos. Como la flexibilización laboral se convierte en la "modernización de la economía y el Estado". Como el crecimiento del Estado (y de los derechos) oculta que se lleva a cabo a expensas de la precariedad de los trabajadores estatales que le ponen el cuerpo.
Sin duda, los Mártires de Chicago marcaron el camino de la lucha. Nuestra historia de clase esta llena de acciones -Semana Roja, Semana Trágica, Cordobazo, Argentinazo- que nos enseñan el camino a transitar para transformar la sociedad y mejorar nuestras condiciones de vida. Hoy más que nunca, continuemos con esa tradición de lucha y solidaridad de clase.
Por sindicatos de los trabajadores, ni de los patrones, ni de los gobiernos, ni de los burócratas.


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